Las reglas del arte: génesis y estructura del campo literario
Sevilla Casas, Elías | 2011-09-23
«So smart. So irritaning». ¡Qué ingenioso. Qué irritante! Es la frase que resume la reseña del libro publicada en 1998 por el American Journal of Sociology. Libro cargado de «agudeza y arte del ingenio», al muy viejo estilo conceptista que hizo famosos en el Siglo de Oro español a Baltasar Gracián y a Francisco de Quevedo. El retruécano, la paronomasia y el paralelismo dejan en este caso de ser simples ornatos del lenguaje para, por medio de la paradoja, apuntar a aspectos precisos, y de grano fino, de la «lógica del campo» sometido a análisis: «tiempo de lectura y lectura del tiempo», «posición, disposición y toma de posición», «los artistas de vanguardia son dos veces jóvenes y los artistas fósiles dos veces viejos». El libro está cargado de fórmulas parecidas, que demandan del lector un esfuerzo sostenido para seguir el sutil y retorcido pensamiento del autor. Es maña vieja ésta del conceptismo de Bourdieu, que temprano se fortaleció con los ejercicios formales y exigentes de los contrastes estructuralistas a la Lévi-Strauss; a inicios de los 60, el entonces joven filósofo con vocación de sociólogo había publicado un ensayo premonitorio con el título de «Sociólogos de mitologías y mitologías de sociólogos». La práctica, que florece salvaje en un libro culminante de la madurez como es Las Reglas, irrita sin duda a los lectores expertos en técnicas de lectura rápida. Y a los de pensamiento lineal y binario, aunque a Bourdieu parece gustarle el binarismo, pero llevado a grados superiores y puestos en matrices de contrastes, lo que es herencia del estructuralismo juvenil. E irritará tal vez a muchos más, a los que aborrecen textos laberínticos y prefieren la claridad expositiva que en un tiempo hizo famosos a los franceses clásicos, entre ellos al mismo Pascal, maestro de la prosa nítida y paradójico modelo del Bourdieu que escribió Méditations Pascaliens. Ampliar.
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