Colombia frente al siglo XXI
Uricoechea, Fernando | 2013-09-17
Todos sabemos que el oficio de profeta
no casa bien con el oficio de sociólogo. No
obstante el poderoso atractivo de la función
predictiva que el naturalismo científico quiere imputarle a la ciencia, el sociólogo bien informado, para parafrasear el concepto de Alfred Schutz, no ignora que la sociología no coincide con ese concepto naturalista de ciencia y que, por tanto, para ella, la función predictiva
implica riesgos de naturaleza epistemológica
que entorpecen y empobrecen su genuina capacidad de conocer. En el campo de las profecías, lo más que le está permitido al sociólogo, en su calidad de historiador, es ese papel de profeta retrospectivo que en alguna ocasión definiera Friedrich
Schlegel: o sea, nuestra capacidad de revelar
la vida oculta en el pasado.
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